"Me gusta anotar de tres, y dicen que tengo una mecánica similar a la de Larry Bird. Por eso mis amigos me dicen que lanzo Larries, no triples".
Así comenzaba Carlos "Chimpa" Suárez su andadura en su equipo del alma, el Real Madrid de baloncesto hace unos tres años aproximadamente, en la segunda campaña del inefable y sinvergüenza Ettore Messina. Transcurrido ese tiempo y con unas prestaciones claramente en descenso constante desde su llegada, el club le ha comunicado que no cuenta con él. Analicemos el cómo y el porqué de esta situación, pues la relación Suárez-Real Madrid debería haber sido de éxito y no de fracaso. Por muchas razones.
Suárez llegó al Madrid con la vitola de ser uno de los mejores aleros españoles, y por ende europeos. Polivalente, con buena mano, regular, con facilidad para desplegar su juego en ambos lados de la cancha, sobre todo ofensivamente, etc. Encima de todo ello, español y seleccionable, con lo que su valor como jugador aumentaba. El Baskonia y, sobre todo, el Barcelona le hcieron antes de firmar sendas ofertas, la de los catalanes irrechazable, y que el jugador no aceptó porque su deseo era permanecer en la capital. Los madridistas nos alegramos por ello y confiamos en que sería un puntal del equipo en los años venideros.
Comenzó su primera campaña con Messina readaptándose a un rol casi limitado al tiro de tres puntos. Bueno, es una de sus habilidades, pero a juicio del que escribe suponía desaprovechar las potencialidades que ofrecía. No tengo en la mano sus números de aquel año, pero no fueron malos. Y su campaña fue aceptable dentro del desastre que supuso la temporada del Madrid, con espantada cobarde e infame del entrenador italiano por el medio de la campaña.
Llegó Laso y con él volvieron a cambiar sus funciones. Tiro exterior sí, pero también juego al poste. Todo hacía indicar que se vería una mejor versión de "Charlie" Suárez, más parecida a la vista cuando estaba en el Estudiantes, mucho más influyente en el juego del equipo. Pero no fue así (y eso que Rudy se fue a Estados Unidos al poco de iniciarse la campaña). Sus minutos en relación al año anterior decrecieron, como el resto de su estadística. Para más INRI, Pete Mickeal fue clave en la consecución de la liga en las finales jugadas contra el Madrid. Y Suárez, que era el encargado de frenarlo y hacerlo sufrir, pues es un jugador con características similares, vio como el yankee se transformó en su némesis durante aquellas finales...y en la siguiente temporada. Con ello quedó demostrado que psicológicamente, ante Mickeal, no estuvo a la altura. Y más adelante tampoco lo estuvo ante las adversidades que le fueron surgiendo. Una pena.
El caso es que en su tercer año, ya con Rudy incorporado, el alero de Aranjuez ha cuajado su peor año de largo. Y con los números en la mano, desde luego, su contrato ya no se corresponde con ellos. Y no será por que Laso no le haya dado confianza, que sí se la ha dado. Yo creo que es que él se ve internamente frustrado por no dar de sí lo que sabe que es capaz de dar, y por no haber cumplido con lo que se esperaba de él durante estos tres años.
Así las cosas, el Madrid le ha enseñado la puerta de salida. Decisión arriesgada, motivada posiblemente por la reducción presupuestaria de la sección, pero aunque tal decisión pueda ser defendida atendiendo a criterios estadístico-deportivos, no hay que olvidar que se pone en el mercado al mismo jugador que hace tres años era apetecido por los grandes españoles y europeos. Recordemos: Alero alto, español, seleccionable (cupo, por lo tanto), con buena mano, con buen juego al poste...un diamante para el que lo sepa aprovechar. Quien lo coja nos hará un roto con él, estoy seguro.
Y Creus (un enamorado del juego de Suárez desde siempre) buscando sustituto para Mickeal...
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